60 gramos | clara de huevo |
40 gramos | aceite de girasol |
10 gramos | mantequilla |
50 gramos | miel |
50 gramos | harina |
2 gramos | sal |
Vierta la clara de huevo en una batidora y añada también el aceite de girasol, la mantequilla, la miel, la harina y la sal. Bátalo todo hasta que quede suave. Una vez que esté homogéneo, puedes untarlo en una molde de rejilla para miel. Nivélelo y hornéelo a 160 grados Celsius hasta que se dore. Tardará unos 20 minutos. A continuación, deja que se enfríe por completo. A continuación, coge un poco más de masa de tuille y aplica una fina capa sobre todo el molde. Hornéalo un par de minutos hasta que empiece a tomar color. Cuando aún esté caliente, desmolda con cuidado y deja que se enfríe. Divídelo en 4 porciones y recorta todos los bordes excepto un lado corto. A continuación, dóblalo suavemente en forma de cilindro y presiónalo bien para que los extremos se peguen entre sí. Una vez hecho esto, déjelos secar a 80 grados Celsius durante 30 minutos hasta que estén completamente crujientes. Luego guárdalos secos y tapados para más tarde.